1. Polonia gira a la derecha con Nawrocki en la presidencia

Este lunes se confirmó la elección de Karol Nawrocki como nuevo presidente de Polonia, con un ajustado 50,89% de los votos frente al 49,11% del liberal europeísta Rafal Trzaskowski. Nawrocki, historiador y figura del nacionalismo conservador, llega al poder en un momento de tensión institucional, ya que el actual gobierno es liderado por una coalición centrista bajo el primer ministro Donald Tusk.

Con un poder de veto significativo, la presidencia de Nawrocki podría complicar la implementación de políticas pro-europeas y moderadas del ejecutivo actual, marcando un potencial punto de inflexión en el equilibrio político de este país clave del este europeo.

  1. Corea del Sur opta por un liberal con promesas de reconciliación

En Asia, Corea del Sur también vivió una jornada histórica con la elección del liberal Lee Jae-Myung, quien obtuvo el 48% de los votos contra el 42% del conservador Kim Moon-Soo. Esta elección se desarrolló bajo la sombra de la destitución del expresidente Yoon Suk-Yeol, quien había declarado la ley marcial antes de su caída.

Lee llega con una agenda centrada en unir a una sociedad profundamente dividida, reducir la desigualdad económica y explorar una nueva etapa de diálogo con Corea del Norte. Sin embargo, su camino no será fácil: arrastra cinco procesos judiciales abiertos por corrupción, lo que podría afectar su legitimidad en el cargo.

  1. Trump y Musk rompen relaciones: guerra abierta en EE.UU.

En Estados Unidos, la semana estuvo marcada por la ruptura pública entre el presidente Donald Trump y el empresario Elon Musk. El conflicto escaló rápidamente con duras declaraciones cruzadas: Musk criticó la nueva ley fiscal de Trump, la calificó de «abominación» y lo acusó de figurar en los archivos del escándalo Epstein. Trump respondió en conferencia de prensa, afirmando estar “decepcionado” y amenazó con cortar subsidios y contratos federales con las empresas de Musk.

Este enfrentamiento entre dos de las figuras más influyentes del escenario político y económico norteamericano podría tener consecuencias tangibles, no solo para la relación público-privada en EE.UU., sino también para los mercados tecnológicos y la política fiscal del país.