La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ha ejecutado el cierre de 9.100 hectáreas de regadío ilegal en distintas zonas de la Región de Murcia. Esta acción representa una de las operaciones más contundentes de los últimos años en la lucha contra el uso no autorizado de recursos hídricos en una región duramente afectada por la escasez de agua.

Las hectáreas clausuradas estaban siendo explotadas sin los permisos correspondientes, muchas de ellas situadas en áreas sensibles desde el punto de vista ecológico o sujetas a restricciones especiales por su cercanía al Mar Menor y otras zonas protegidas.

El presidente de la CHS explicó que estas acciones se enmarcan dentro de una estrategia más amplia para garantizar una gestión sostenible del agua y proteger los ecosistemas hídricos de la cuenca del Segura. “No se trata solo de sancionar, sino de asegurar el futuro ambiental y agrícola de la región”, afirmó.

La medida ha generado reacciones encontradas. Mientras colectivos ambientalistas celebran la decisión como una victoria en la protección del entorno, algunos agricultores afectados expresan su disconformidad y denuncian falta de alternativas y apoyo técnico para regularizar su situación.

“Es necesario compatibilizar la actividad agrícola con el respeto a la legalidad y al medio ambiente”, insistió un portavoz de la CHS.

Esta intervención marca un precedente y pone de manifiesto la creciente presión institucional para controlar el uso ilegal del agua, un recurso cada vez más escaso y estratégico en el sureste español.