
Entre el 13 y 15 de junio, miles de personas participaron en protestas en ciudades como Barcelona, Palma y Lisboa contra el turismo masivo. Armados con pistolas de agua, los manifestantes arrojan símbolos de protesta sobre el exceso de visitantes que incrementa alquileres y satura servicios. En Barcelona, la cifra de turistas alcanzó niveles récord en 2024 y las medidas locales incluyen la prohibición de alquileres turísticos en 2028. Estas movilizaciones coinciden con iniciativas similares en Venecia y Roma.