La Federación de Vecinos Isaac Peral, que aglutina a una veintena de juntas vecinales, ha denunciado una situación recurrente: las subvenciones municipales para el alquiler de locales sociales y para la realización de actividades comunitarias se abonan en fechas tan tardías —llegan el 31 de diciembre o incluso después del cierre del año— que obligan a estos colectivos a afrontar los gastos con recursos propios.

Estos retrasos impactan además en los propietarios de los locales, quienes reclaman el pago de servicios e impuestos (como el IBI, agua o luz) antes de recibir las ayudas estatales. Las asociaciones, muchas de ellas sin recursos suficientes, se ven compelidas a adelantar dinero para mantener sus proyectos en marcha.

Desde la federación, se insiste en que este modelo es insostenible y piden que el Ayuntamiento adopte soluciones como pagar directamente a los propietarios o adelantar las ayudas. De este modo se garantizaría que las asociaciones pueden fomentar la vida vecinal sin asumir financieramente una responsabilidad que corresponde al municipio.